EMPANADA DE ACELGAS, QUESO Y HUEVO
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Empanada de acelgas, queso y huevo |
INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS:
ELABORACIÓN:
Limpiamos las acelgas, las lavamos y separamos las
pencas de las hojas.
Troceamos las hojas y cocemos las pencas 15
minutos en agua con un poco de sal.
Las escurrimos y troceamos. Pelamos la cebolla y el ajo, los troceamos.
Cortamos el beicon a daditos.
En una sartén con un poco de aceite sofreimos la
cebolla. Añadimos el ajo y el beicon. Removemos y lo dejamos freir unos 3
minutos.
Añadimos las pencas, salpimentamos y lo dejamos
cocer unos 5 minutos.
Incorporamos el queso y mezclamos para que todo se
quede repartido homogeneamente.
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La ración en el plato |
Con una lamina
de pasta quebrada forramos un molde engrasado con aceite. Pinchamos el fondo y
vertemos la mezcla de las acelgas.
Hacemos 4 huecos, cascamos los huevos y los
salpimentamos.
Con la otra masa quebrada cubrimos la mezcla.
Sellamos los bordes haciendo una cresta.
Batimos la yema de huevo y con la ayuda de un
pincel pintamos toda la superficie (bordes incluidos). Hacemos unos cortes para
que respire y la introducimos en el horno previamente precalentado a 180º. Solo
por abajo.
En unos 40 minutos ya estará horneada .
Y ya esta, ya la tenemos a puntisimo de comer.
Esta sabrosa receta nos la manda mi amig Mª Antonia. Según me conto esta buenísima.
A ella los huevos cocidos le resultaron un poco mazacon.
Aunque con esto de los huevos cada uno tiene su parecer, ja se sabe si va
acompañado de un numeral, tiene distintos significados según el número
utilizado. Así, "uno" significa caro o costoso (valía un huevo).
"Dos", significa valentía (tenía dos huevos); "tres"
significa desprecio (me importa tres huevos) y un número muy grande y par
significa dificultad (lograrlo me costó mil huevos).
El verbo cambia el significado. "Tener" indica valentía
(aquella persona tenía huevos); aunque en admiración puede significar sorpresa
(¡tiene huevos!). "Poner" expresa un reto, especialmente si se pone
en algunos lugares (puso los huevos encima de la mesa). También se los utiliza
para apostar (me apuesto los huevos) o para amenazar (te corto los huevos).
El tiempo del verbo utilizado cambia el significado de la frase. Así, el
tiempo presente, indica molestia o hastio (me toca los huevos); el reflexivo
significa vagancia (se toca los huevos), pero el imperativo significa sorpresa
(¡tocate los huevos!).
Los prefijos o sufijos modulan su significado: "a" expresa
miedo (ahuevado); "des" significa cansancio (deshuevado);
"udo" indica perfección (huevudo) y "azo" u "on"
se refiere a la indolencia o abulía (huevazo, huevón).
Las preposiciones matizan la expresión. "De" significa éxito
(me salió de huevos) o cantidad (hacía un frío de huevos); "por"
expresa voluntariedad (lo haré por huevos); "hasta" expresa el límite
de aguante (estoy hasta los huevos); pero "con" indica el valor de un
hombre (era un tío con huevos) y "sin" la cobardía (era un tío sin
huevos).
Es distinto el color, la forma, la simple tersura o el tamaño. El color
violeta expresa el frío (se me quedaron los huevos morados); la forma el
cansancio (tenía los huevos cuadrados); pero el desgaste implica experiencia
(tenía los huevos pelados de repetirlo).
Es importante el tamaño y la posición (tiene dos huevos grandes y bien
plantados); pero también hay un tamaño máximo (tiene los huevos como el caballo
de Espartaco) que no puede superarse, porque entonces indica torpeza o vagancia
(le cuelgan, se los pisa, se sienta sobre ellos e incluso necesita una
carretilla para llevarlos).
La interjección ¡huevos! significa sorpresa, y cuando uno se encuentra
perplejo los solicita: ¡manda huevos!.
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Empanada de acelgas, queso y huevo |
También, en ese lugar reside la voluntad y de allí surgen las órdenes (me
sale de los huevos).
¡¡¡Bon profit!!
Neus, Ester i Núria